¿Alegría? {Libre}

"Inhala, exhala...inhala...así, muy bien."
Lograr todo eso había sido difícil, realmente difícil. La escenografía, el vestuario, la banda...pero tal vez, sólo tal vez, Nicole extrañaba colocar sus pies en el escenario, extrañaba forzar y entonar su voz, extrañaba los solos y las coreografías, extrañaba sentir la música en sus venas, cómo un armónico cosquilleo de placer y satisfacción. Extrañaba hacer presentaciones, extrañaba mostrar su talento. Y sí, aunque se hubiera ido de Adrenalina Vocal, las situaciones que estaba viviendo generaban un estrés que sólo podía quitarse con su única e irrefutable pasión: la música.

La banda, por nostalgia {la extrañaban desde que había dejado el club} decidieron ayudarla con su pequeño capricho, colocándose detrás del escenario y esperando su señal para empezar.
Soltó aire, cerrando los ojos. Todavía no comprendía del todo por qué estaba haciendo eso. Probablemente por nostalgia, por ganas de quitarse todo ese pesar que llevaba en los hombros, o al menos una parte. Los asientos frente al escenario estaban vacíos, la gracia no era que alguien la viera, sino que ella misma se diera cuenta, que ella misma notara que era suficiente. Que no necesitab aprobación. Lo extraño era que...no sabía si lo lograría.

Suspiró y miró por detrás de su hombro, hacia la banda de Carmel. Les ofreció una tímida y agradecida sonrisa y un asentimiento con la cabeza; iba a comenzar...
El escenario estaba decorado con luces brillantes, similares a las navideñas {que había conseguido de una de sus amigas} y el fondo de un circo de la ciudad, repleto de animales y la gran carpa, blanca y roja.
La música comenzó a oírse, platillos, xilofonos, piano, trompetas y demás...abrió sus grandes zafiros azules, poniéndose a sí misma junta, el show ya había empezado, y no podía decepcionar a su público.
-Alegría, come un lampo di vita: alegría. Come un passo gridar, alegría. Del delittuoso grido bella ruggente pena, seren...come la rabbia di amar: Alegría, come un assalto di gioia...-comenzó a caminar lentamente por el escenario, cabizbaja, con su melodiosa voz entonada perfectamente para el ritmo de la canción. Llevaba un sobretodo color tostado y un bastón en su mano derecha, entonando su caminar con un ritmo simétrico, mientras seguía cantando.

-Alegría: I see a spark of life shining, alegría. I hear a young minstrel sing: "Alegría". Beautiful roaring scream of joy and sorrow, so extreme...There is a love in me raging, alegría. A joyous, magical feeling...-detrás de su voz se oían los coros, apenas, acallados por el poderoso y a la vez sutil tono de Nicole. Estaba brillando, ella era la estrella, por primera vez. Y aunque siempre había sido una jovencita humilde e inocente, le encantaba cómo se sentía.
-¡Alegría!-se acercó al centro del escenario y se desprendió de su abrigo, arrojándolo y dejando ver un vestido color dorado. Sus movimientos mostraban pasión y desenfreno, se estaba dejando llevar por aquella balada.
-Alegría, come un lampo di vita: alegría. Come un passo gridar, alegría. Del delittuoso grido, bella ruggente pena, seren...Come la rabbia di amar: alegría. Come un assalto di gioia....Del delittuoso grido, bella ruggente pena, seren. Come la rabbia di amar, ¡Alegría! Come un assalto di gioia...

Se acercó a uno de los costados del escenario, con sus ojos cristalizados por toda la cantidad de emociones que le bombardeaba la canción cirquense. Atada de los barandales que sostenían las luces, se hallaba un columpio, donde Nicole se trepó, parándose sobre ella y balanceándose de atrás hacia delante, sin dejar de entonar la bella melodía.
-Alegría, como la luz de la vida. Alegría, como un payaso que grita: ¡Alegría! Del estupendo grito, de la tristeza loca; serena... Como la rabia de amar, alegría. Como un asalto de felicidad...
Su voz cada vez era más potente y fuerte, tal como la canción original, intentaba al menos hacerle justicia, no ser de esas cantantes que destrozaban la verdadera versión.
Se sentó en el columpio, balanceándose cada vez más, mientras la canción fluía, preparándose para el gran final. Cuando sintió que éste estaba cerca de sus talones; lo hizo.
Saltó del columpio, cayendo con elegancia en el medio del escenario, de pie. Se quitó el cabello {rizado específicamente para esa presentación} de la cara con un movimiento de la cabeza y volvió a entonar la última parte de la canción.

-Del estupendo grito, de la tristeza loca; serena...Como la rabia de amar: alegría. Como un asalto de felicidad, there is a love in me raging: ¡Alegría!-se acercó hacia la parte final de su acto, globos de colores atados al pie del escenario; y, a su lado, una navaja.
Los finos y delgados dedos de Nicole la sostuvieron, contemplándola un momento, para luego cortar el cordel de una vez. La música fue como un estallido estridente, de bombos y platillos, de trompetas y coros celestiales, mientras los globos se alejaban hacia el techo, hacia las butacas, a todas direcciones. Sin embargo, ella se quedó con uno antes de que se alejara. En su mano derecha sostenía un globo verde; verde esperanza.
-A joyous, magical feeling...-entonó, alargando la nota, finalizando y escuchando las voces ajenas detrás de la suya, acompañándola. Mientras la música acababa, con la navaja, pinchó el globo verde, haciéndolo explotar con un sonido rápido, indoloro.
Levantó la vista lentamente, y esbozó una sonrisita realizada.
-. Muchas gracias...-dijo, a nadie en especial. Tal vez a ella misma.

cancion:

Me sentía como en alguna de esas películas de Misión Imposible o algo por el estilo ¿Muy estúpido? Tal vez, pero no todo el tiempo tenía un hueco para fantasear un rato. La verdad era que colarse a Carmel era muy fácil, pero no importa.
Quería sorprender a Nicole. Ya saben, llegar de repente, taparle los ojos y decirle '¿adivina quién soy?'...no, la verdad no, eso es muy estúpido, porque estoy seguro de que adivinaría al instante.
La busqué por todas partes: el patio, la cafetería, el gimnasio, incluso en el baño de chicas (una visita muy gratificante para mí, por cierto), pero no la encontré. Esto de las "sorpresas" era difícil.
Por último, recurrí al salón de actos. ¡Claro! ¿Cómo no se me había ocurrido antes?

Con lo que no contaba era verla parada en el escenario, haciendo una presentación tan...elaborada. Me quedé en una de las butacas de la última fila, observando cada uno de sus movimientos. No pude evitar sonreír, pues es tan talentosa...

Al final, agradeció. Esbocé una sonrisa divertida y me puse de pie.

- De nada. - dije en voz alta, tratando de que me escuchara. En realidad no sé como no se había percatado de mi presencia. A eso es a lo que le llamo concentración... - No sabía que el circo había llegado a la ciudad. - me hice el ingenuo, refiriéndome a la escenografía. Reí hacia mi propio chiste, y luego puse mis manos dentro de los bolsillos, para después encaminarme hacía el escenario, para poder hablarle de cerca. - Yo sólo iba pasando por aquí y decidí venir a verte. - le comenté.

Al levantar la vista, sin embargo, pudo notar que no estaba sola. Al escuchar una voz más que conocida pronunciaba un "De nada" desde el público, dirigió sus ojos azules a las butacas para notar a Jimmy sentado, nada más y nada menos, su mejor amigo allí, sorprendiéndola como siempre solía hacer.
-¡Jim!-exclamó, demasiado sonriente, aun con su disfraz salió corriendo a su encuentro, bajando del escenario y atrapándolo en un abrazo imposible de abandonar. No lo había visto hacia ya bastante tiempo, desde que John se habia ido de su hogar, desde el divorcio de sus padres, desde que no tenía consuelo con nadie, en ninguna parte.
Su visita había sido como una chispa de luz en la más profunda oscuridad, la alegría que tanto había cantado estaba allí, sonriéndole, envuelto entre sus brazos.

Cuando pudo controlar un poco su emoción y soltarlo para que pueda respirar, no pudo evitar reír de su comentario {no esas sonrisitas forzadas y risas cortas que había pronunciado las últimas semanas. Una risa verdadera, franca y sincera}, y mirarlo de arriba abajo. Sí, estaba exactamente igual. Nada había cambiado, como en los viejos tiempos.
-. Sabes que soy un fenómeno de circo, ¿Por qué no traerlo conmigo?-bromeó, despeinándolo con cariño y mirando alrededor, incluso la banda se había marchado, estaban solos con la decoración cirquense a pocos metros de ambos.
-. Me alegra que lo hicieras, hace demasiado tiempo que no nos vemos. Semanas, Jim, ¡Semanas! Recuérdame invitarte a casa uno de estos días. Será fantástico, nos llenaremos de comida chatarra y veremos películas pésimas como antes-se detuvo a sí misma, notando que estaba hablando exageradamente rápido, en medio de un asalto de felicidad.
-. ¿Te ha gustado esto? Dime la verdad-preguntó, ingenuamente, refiriéndose al escenario, a su vestuario, al número en si-. A veces me dan esos ataques de locura y necesito cantar y hacer un espectáculo para gente invisible...y tú.-rió torpemente, quitándose algunas hebras de cabello rubio de la cara.