Buscando siempre encuentras {Libre}

Últimamente había estado algo rara. Y no era por nadie en especial, sino por mi misma. Luego del partido, luego de aquel día, me sentía como... la antigua Quinn. Había besado a Finn. Eso era... eso no podía ser cierto. No debía ser cierto. A mi ya no me atraía Finn, solo había estado algo contenta por lo que había echo aquella semana. Tan solo eso. Pero llegar a besarlo, tendría su concecuencias, y yo lo sabía.
Además de aquel tema, estaba el otro: las Cheerios. Ya no formaba parte de ellas, ni Santana ni Britt. Eso no me hacía sentir mejor, pero saber que había elegido por lo que de verdad me llenaba por dentro, me daba esperanzas de que tal vez estaba mejorando como persona. Y una de las personas que había logrado eso, no se encontraba conmigo en aquel momento...

Unos días después de aquello, en los cuales no hablé mucho con Sam, una mañana me dirijí hasta la cafetería para almorzar. No tenía hambre, por lo que solo tomé una ensalada, y me dirijí hasta una mesa. No había mucha gente por allí, pero algunos me miraban con cara extraña, debió de ser porque no traía mi uniforme.
Lo busqué a Sam con la mirada, y recorrí con ella toda la cafetería. No estaba allí.
Suspiré y miré mi comida. No tenía nada de hambre ya. Apoyé mis codos en la mesa y la cara entre mis manos, esperando, mirando a mi alrededor. Tenía que venir, Sam casi nunca se saltaba el almuerzo. Y menos cuando yo lo acompañaba. ¿Y si se había enterado de lo que había echo? Dios... me sentía mal por haberle echo caso a mis impulsos. Más mal de lo que yo hubiera creido. Al parecer apreciaba mucho a Sam, y ahora me daba cuenta de que me hacía falta.
Me quedé esperando, y los minutos pasaron.

Los minutos pasaron y Sam no apareció. En cambio, apareció la persona que más me confudía en aquellos momentos. Finn se acercó sonriente. Algunos chicos nos miraron, y yo solamente lo miré confundida a Finn, pensando en qué iba a hacer.
Se sentó en mi mesa, y me preguntó si me molestaba que estubiera allí. Claro que no me molestaba. Aunque su presencia me confundiera más de lo que estaba, en algun punto no me molestaba que estubiera conmigo. Le sonreí algo nerviosa. No creí que quisiese seguir siendo mi amigo luego de lo que había echo, pero en cambio, estaba allí, sentado conmigo.

-No -negué levemente con la cabeza y sonreí un poco, mirando su sonrisa, pero luego volví a mirar mi comida, y luego la suya, mientras pensaba.
-Ahm.. -traté de decir, luego de un momento de silencio incómodo- ¿Cómo estás? -pregunté. Lo había besado, y lo único que podía decir era "¿Cómo estás?" ? Dios.. estaba más confundida de lo que creía. Y pensar en Sam no ayudaba en nada.

Ví como Finn comenzaba a omer, y luego abrir su botella para tomar. Asentí cuando dijo lo de las cheerios. Era cierto. Todo habia cambiado mucho desde entonces, y no sabía si quería que siguiera cambiando.
-Sí, han pasado cosas.. -coincidí casi en un murmuro y desvié la mirada hacia las ventanas de la cafetería, tratando de evitar hablar del tema, pero sabía que no sería fácil, y que seguramente, él me preguntaría algo sobre aquello.
-¿Cómo están tu y Berry? -pregunté, sinceramente no me interesaba mucho. Pero algo sí. En el fondo, me daba curiosidad saber si estaban o no juntos otra vez, o lo que él sentía por ella.
-Perdón por preguntar. No tienes que responderme si no quieres -agregué, para no ser molesta y sonreí a medias, para luego mirarlo a los ojos.

Lo escuché decir que las cosas se habían vuelto incómodas entre él y Rachel, y luego miré su rostro. Parecía que tambien se sentía incómodo hablando conmigo de aquello por lo que no dije nada más, y solo sonreí a medias, pero con una sonrisa apenada. En el fondo yo sabía que no podía olvidar a Rachel, y que lo que había pasado con Puck, le había confundido más.

Cuando me preguntó por Sam tardé unos segundos en contestar, porque me miró y nuestras miradas se encontraron. Por un segundo no supe que hacer, pero luego desvié la mirada hacia la gente que pasaba detrás o a un costado de nosotros.
-Ahm.. -fruncí el ceño demostrando que lo que decía era cierto- No lo he visto en todo el día. Supongo que estará entrenando -asentí levemente con la cabeza, auqnue yo sabái que no era así. Tal vez se había enterado del beso. Cosa que hubiera sido.. horrible.

Ví que Finn ya no aguantó mucho tiempo. Me preguntó sobre mis razónes. ¿Qué debía decirle? Se me pasaron un montón de excusas por la cabeza, pero sabía que no podría decir ninguna de esas. Debía decirle la verdad.
Auqnue la verdad fuera dura y dificil de creer, y auqnue nos fuera a mandar a todos a parar a un enorme lío.

-Bueno.. -le dije algo incómoda
-Creo que ya te has dado cuenta de que aún no... no te he olvidado del todo -lo miré a los ojos, y hablé con seguridad pero en un tono bajo para que nadie más que él me escuchara. Yo no esperaba a que el me correspondiera. Porque yo estaba con Sam.
Solo.. solo quería areglar un poco las cosas. Lo miré para ver su reacción, pero seguí hablando.
-Yo... me di cuenta de eso por todo lo que hiciste durante la semana, y.. -no concluí la frase, porque ya no sabía muy bien que decirle. Lo miré otra vez.