Uno de pocos {Michelle}

De nuevo llegaba el fin de semana. Viernes, sábado y domingo, los mejores días de la semana según Michelle. Después de esa semana de pasarse molestando a unos cuantos del glee club y la presentación de las Cheerior ante Sue, que había resultado ser todo un desastre gracias a esa Jane. La cual recibió su merecido a l ser degrada por Sue a mascota de las porristas o como fuera que haya sido, Michelle estaba feliz por eso y en parte porque había echado a Santana del equipo, ahora solo le faltaba deshacerse de Quinn para ser la más popular de la escuela. Pero Santi, no dejaba de darle penita, después de todo ella la había ayudado cuando Jane la molestaba.

Pero después de todo no me preocupaba mucho por los demás, no veía razón para hacerlo ahora. Tome una mochila con una talla y debajo del abrigo me coloque el traje de baño. No hacia tanto frio cómo los demás días pero aun así prefería prevenir antes de lamentar, ahora que estaba a escasos escalones de llegar a ser más popular de lo que ya era no podía darme el lujo de enfermar.

Llegue a la piscina y me dirigí a los casilleros donde deje mi mochila. Pregunte al encargado si la piscina contaba con agua caliente o por lo menos tibia, el respondió afirmativamente y yo sonreí mientras me alejaba despees de ver la cara de “WTH” del señor. Quizá no era muy común que casi al inicio del invierno gente se pasara por la piscina, Me daba exactamente lo mismo.

Me quiete el abrigo y lo deje sobre una de las bancas alrededor de la piscina. Me pare en la orilla y contemple el agua mientras metía uno de mis pies para comprobar la temperatura del agua. Tibia, estaba perfecta. Una de mis donitas para el cabello descansaba en mi mano hasta que la tome para atar mi cabello a un lado y que este quedara atado en una coleta de medio lado.

Antes de entrar a la piscina, repare en que haba alguien dentro. Pude reconocer ese cabello o parte del cabello que había en esa cabeza. Pude los ojos en blanco. Pensé en irme, pero ya estaba ahí, con me traje de baño color rojo sangre, perfecto para una noche como esa, no e iría solo por la sola presencia de él. Me senté en la orilla y comencé a chapotear con mis pies antes de entrar en el agua, aun indecisa.

A mi alrededor ya estaba lleno de agua a causa del movimiento de mis pies dentó del agua. Estaba extrañamente feliz, de hecho me sorprendía estar así ya que debería estar triste por el rompimiento con Cooper, quería realmente no me importaba tanto como yo pensaba. El estar libre sin duda era lo mejor que podía experimentar en esos momentos. Is pies no paraban de danzar en el agua, note como mi cabeza comenzó a moverse casi por si sola. Comencé a chasquear mi lengua tratando de recordar cómo iba esa canción que había “tratado” de componer un día de llovizna en mi casa.


Cante bajito la primera parte mientras sonreía para mi misma al darme cuenta de que no la había olvídalo. Con mis pies golpeando el agua y mis manos palmeando suavemente mis piernas comencé a cantar el resto de la canción. Cada vez mas alto.

Cerro los ojos y solo me concentre en el ritmo que llevaba con mi cuerpo acompañados por mi voz. Cantar me parecía genial siempre y cuando no lo hicieran esos perdedores del glee club o que la entrenadora Sue no se enterara, por ello jamás se me vería cantando dentro del colegio, tenia una reputación que cuidar.


Deje de pensar en cosas que no iban al caso y seguí cantando mi canción como si en realidad fuese la única persona dentro de la piscina.