Disfrutando de Breadstixx.....libre

Un día de semana, como cualquier otro en mi vida; entro al local y me siento en una mesa desocupada junto a la ventana. El sitio está atestado de gente por ser la hora de la cena, es decir, la llamada "hora pico"; y me considero afortunada de tener una mesa para mi sola.
Si bien no me molesta ir a comer con amigos, si me incomodaría hacerlo con desconocidos; así que con una sonrisa en el rostro, le hago señas a la moza para que se me acerque.

-Buenas noches, ¿me traería la carta por favor?-le digo con total naturalidad en cuanto está junto a mi, la mujer, luego de asentir se aleja a cumplir con su trabajo.
Por mi parte fijo la vista de manera disimulada en una mesa cercana; allí un hombre y una mujer (de más o menos mi edad) disfrutan de lo que parece ser una comida familiar con su hijo; todos se ven sonrientes y felices, lo cual genera un extraño sentimiento en mi, ya que no logro evitar pensar que si Edward y yo hubiéramos seguido juntos, quizás seríamos nosotros los que estaríamos en esa mesa con nuestro pequeño hijo. No es que yo estuviera desesperada por ser madre; pero si el destino me trajera un bebé a mi vida, seguramente lo aceptaría.
Tampoco es que siguiera queriendo a mi ex esposo; en realidad, con el tiempo descubrí que lo que yo sentí por él no era amor,sino costumbre y que por eso finalmente, acepté cuando me propuso matrimonio. Ahora, pertenece a mis recuerdos y sólo eso, además en su momento,me lastimó demasiado como para que siquiera lo considere.

Sacudo la cabeza para quitarme esos pensamientos; y veo que la mujer me trae la carta; -muchas gracias...en cuanto escoja algo, la llamaré-; -.ya sabe que puede llamarme cuando quiera Srita Rosenberg- me contesta antes de irse.

*Bueno, ya aquí todos saben mi nombre.......debe ser porque vengo siempre...tendré que aprender a cocinar supongo* me digo a mi misma; riéndome por dentro de mis pobres habilidades culinarias.....

Ese día me había citado ahí con aquel chico.

Dave Karofsky.

Había algo en él que me resultaba atractivo, aparte de su fama de chico malo. Entablé amistad con él desde que su fama de bulling creció al correr a Hummel de McKinley, y después de tanto tiempo, por fin había logrado que me invitara a salir.

Quedamos de vernos en Breadstix. Llegué ahí, muy bien arreglada y esperé....

pero esperé más de lo que acostumbraba, llevaba más de media hora y eso me estaba enojando.

Lo llamé, y me salió con la babosada de que algo se le había atravesado y que no podía ir.

-¡¿Cómo que algo se te atrevesó?! ¡¡Tú no puedes hacerme esto!!- Le reclamaba, mientras me adentraba en el restaurante en una caminata casi histérica.- ¡Eso a mí no me importa! ¡No puedes hacerme esto! ¿Qué te crees?-

Me senté en el asiento vacío frente a aquella mujer pelirroja, sin dejar de hablar.

-¡No, no, ni se te ocurra! ¡Eres un imbécil! ¿lo sabías? ¡IMBÉCIL!- Y colgué el teléfono.

Estaba enfadada. Miré el frasco con palitos de pan y tomé uno, lo partí a la mitad y le di la mordida a una, miré a la mujer.

-Me dejó plantada, ¿puedes creerlo?- Le dije, como si la conociera de años. Seguí comiendo el pan, muy molesta.

Estaba tan distraída mirando la carta, que ni siquiera me percaté de la chica que se sentó en mi mesa; justo cuando levanto la cabeza, con intensiones de llamar a la moza, la veo allí discutiendo con alguien por teléfono, al parecer un chico que la dejó plantada.

Escucho su pregunta y le contesto algo confundida, sin saber bien que responder: -bueno...eso suele pasar....con los años te acostumbras...hay patanes por todas partes, te sorprendería cuantos!!...por cierto...soy Crystal Rosenberg, un gusto conocerte-.
Lanzo un profundo suspiro, pues no puedo evitar recordar las veces que a mí misma me había ocurrido.....en realidad es algo que a todos al menos una vez en la vida nos sucede, y el que dice que no, es porque está mintiendo.

-Bueno....ya que estás aquí, y parece que tu cita no vendrá....no sería problema para mí invitarte algo.......desde ya, no tienes que preocuparte por el dinero, la verdad,no me falta......- comienzo a proponerle algo sonrojada; no es que quisiera mencionarle sobre mi dinero para hacerme notar; sino para que no se sintiera cohibida a decirme que no por miedo a hacerme gastar.
Aunque de inmediato me doy cuenta que quizás puede que piense que tengo dobles intenciones o algo así; y agrego rápidamente: -no es que quiera algo a cambio......es sólo que no me gustaría que tu noche se vea desperdiciada.....digo....sino te molesta cenar con alguien un poquito mayor que tú-

-Pero no solía pasarme a mí.- Respondí entre airada y sentida.- En mi otra escuela era muy popular, los chicos hacían fila por salir conmigo y se sentían afortunados si los elegía, y aquí este... idiota, se atreve a dejarme plantada como si no importara, y luego con el peor pretexto de todos... ¿Sabes lo que me dijo? ¡Qué tenía mucha tarea! ¡A ver quien le cree eso, si fuera tan responsable no andaría tan mal en la escuela!-

Tomé aire. Después de eso me sentí más tranquila y por fin me di cuenta de la descortesía que estaba cometiendo. Haberme sentado en una mesa ocupada, con alguien que seguramente o esperaba a alguien o quería estar sola y luego todavía me atrevía a hablarle de "tú". Sonreí apenada. La escuché presentarse con mucha educación, lo cual me hizo sentir aun más apenada.

-Mucho gusto, soy Amaterasu Yagami, pero puede llamarme Ami, Amaterasu es muy largo y no me gusta. Lamento haberme entrometido así, estaba tan molesta que no me di cuenta.- Iba a retirarme, pero me invitó a quedarme. Sonreí. En cierto modo tenía razón, no quería que Karofsky me echara a perder la noche y luego que se supiera que no hice otra cosa que quedarme en casa la noche entera por que él no llegó.- Gracias. El dinero no es problema, puedo pagar lo mío. No quiero ser encajosa, ya mucho es que me permita quedarme en su mesa y no me molesta cenar con alguien mayor que yo.- Le sonreí.

-¿Así que... a usted también le pasaron cosas como estas?-

Sonreí ante su cortesía y educación, y le contesto de muy buen humor: -Tranquila Ami...no eres molestia, además todas las otras mesas están ocupadas...y me alegra tener tu compañía-; *hay que reconocerlo...estaba equivocada cuando dije que era mejor comer sola...tener alguien con quien hablar siempre es bueno* pienso divertida, al tiempo que agrego riendo: -puedes llamarme Crystal..o Crys, como te sea más cómodo...por cierto...no soy tan mayor que tú..apenas tengo 24 años!-, *jajaja..se dará cuenta que odio sentirme vieja*

La moza se acerca a nosotras y nos toma el pedido; para darle tiempo a Ami a escoger, yo le doy a la mujer el mio primero: -Me gustaría cenar lo de siempre...ensalada y carne asada por favor-; la señora asiente y dirige su vista a mi joven acompañante....

Una vez que se retira; respondo su pregunta que había quedado colgada; algo sonrojada pero con un ligero toque de orgullo en la mirada (pues no sé que se siente que te planten): -la verdad ...a mi nunca me dejaron plantada.....es más, siempre que tenía una cita, llegaba algo tarde a propósito....lo dije porque me tomaste por sorpresa y no supe que decir!.....pero sé de algunas amigas y amigos a los que los dejaron, no una vez; sino 2 o 3 veces plantados por la misma persona!!-

Mientras tomo un bastón de pan y lo llevo de una mano a la otra, le pregunto curiosa: -¿y qué harás con éste chico?.....porque quizás lo veas a diario en la escuela...-

-De acuerdo, Crys.- Sonreí.- Gracias.- Llegó la mesera. Crys le dio su orden primero, eso me dio tiempo de pensar sobre que quería cenar, pero la verdad, estaba tan molesta que no se me ocurría nada. Cuando escuché el pedido de Crystal y la mesera me preguntó que quería, dije:

-Lo mismo que ella, por favor.- La mesera nos sonrió y se alejó para traer nuestra orden.

Escuché lo que dijo Crys. No podía creer la buena suerte que tenían algunas. Quizá yo no era tan bonita como me creía y por eso me había plantado ese idiota. Me deprimí. Cuando oí que algunas de sus amigas habían sido plantadas más de dos veces por la misma persona, abrí los ojos con sorpresa.

-¡¿Más de dos veces?! ¿Y porqué le aguantaron tanto? Yo por mi parte a este idiota no le daré una segunda oportunidad.- Me preguntó sobre que haría con Dave.- Claro que lo veo diario en la escuela, peor aún, él está en el equipo de fútbol y yo en las cheerios, con mayor razón tengo que verlo no solo en clases, sino en las prácticas y los partidos. ¡Dios! Esto será horrible, no entiendo porqué no vino.-

Tomé otro palito de pan y lo partí, me quedé mirando los dos extremos, cabizbaja.

-Realmente me gusta... o gustaba, me parece un chico interesante y además... tiene una gran reputación.- Sonreí.- ¿Por qué no habrá venido?-

-Mira .según me enseñó la vida, todos quieren lo que no pueden tener...así que mi consejo es que cuando lo veas hagas como que nada ocurrió..digamos, ignóralo..haz como que él se perdió su oportunidad...verás como te invitará de nuevo y no volverá a plantarte- le digo haciendo uso de la poca sabiduría que pude adquirir a mi edad, esperando por supuesto no ofenderla ni nada.

-Pero tal vez él no sea tan malo.....tú misma dijiste que tenía problemas académicos...quizás está intentarlos solucionarlos y por eso no vino- continuo hablando y dando mis diferentes teorías sobre el asunto; pienso un segundo y agrego sonrojada, tomando una servilleta en mis manos: -realmente no lo conozco...pero intento ayudarte...avísame si estoy demasiado lejos de la realidad...-

La escuchaba con interés, tenía razón, eso de darse a desear era una buena estrategia, quizá funcionara con Karofsky, después de todo, no podía pasarle tan desapercibido si había aceptado a salir conmigo y mi indiferencia bien podría afectarle.

- Es buena idea.- Le dije, pensándolo con seriedad. Luego dijo eso de los problemas academicos, bufé.- No, a ese no le interesa en lo absoluto, él vive para el fútbol y el bullying, si Karofsky empieza a, realmente, preocuparse por sus notas, entonces es que no es él, lo abdujeron los aliens y lo que dejaron en su lugar fue un ente clonado.- Reí.

-No, hay problema con que comente, al contrario, me anime y me ayuda mucho, no tengo muchos confidentes o gente que me aconseje, ¿sabe?-

-Jaja, no me digas que crees en aliens!- bromeo entre risas, escondiendo por supuesto, que yo misma tengo mis dudas sobre si existen o no, *será mejor que no mencione que son fan dela serie "los expedientes secretos x"* pienso algo distraída.....

Escucho lo siguiente que me dice y le respondo con una sonrisa amistosa: -pues será un honor para mi aconsejarte y estar si necesitas hablar con alguien.....es genial la sensación de ayudar a las personas-.
Aunque no se lo dijera realmente; por dentro disfrutaba muchísimo de tener algo de compañía, comer sola todos los días no es nada agradable, y con el tiempo, la soledad te hace mucho daño; y sin darme cuenta, mi mirada se dirigió a la mesa, mientras mi expresión se vuelve triste.....

-Bueno, en su opinión, ¿por qué un chico querría dejar plantada a alguien como yo?- Seguía en mi plan de "soy tan tremendamente sexy y bella que no entiendo que tiene este en la cabeza como para botarme". Miré a Crystal, esperando una opinión o comentario.

Pero de pronto noté que se ponía algo triste. Temí que hubiese sido por algo que yo dije.

-¿Está bien? Se le ve triste, ¿Acaso dije algo malo? Perdón... a veces puedo ser muy arrogante y eso incomoda, eso fue ¿no es así? ¿Eso fue lo que dije que te hizo incomodarte? O... ¿Tienes algún problema? ¿Te puedo ayudar en algo?- Ella me estaba ayudando y lo justo era que yo hiciera lo mismo.