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Me debes una sudadera
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Me debes una sudadera
Recuerdo del primer mensaje :
Al salir de mi entrenamiento de beisbol me encontré con una llamada perdida en mi teléfono y un mensaje de voz, me apresure a atenderlo, muy pocas personas tenían mi numero privado, si se habían tomado la libertad de dejarme un mensaje tenía que ser sumamente importante. Podría jurar que me ruborice un poco al escuchar la voz de la chica de la piscina, estaba dando por seguro que nunca más se atrevería a llamarme. En cuanto termine de arreglar mis cosas respondí a su llamada estuve a punto de colgar por su mensaje de voz, me arme de valor y logre contestar. No tenía más compromisos por el resto de la tarde, así que ir al parque de diversiones sonaba prometedor.
En cuanto el chofer pasó por mí a la escuela organice el cambio de planes. Llegue a mi casa, que como de costumbre estaba vacía, deje las cosas de la escuela y me cambie los zapatos, tenis era más apropiado para ir al parque. Tome mi cartera y las del auto de mi repisa dispuesto a salir, al llegar a la puerta me encontré con dos impedimentos, el ama de llaves y el chofer estaban dispuestos a no dejarme salir sin compañía, mi padre insistía en que era peligroso. Fingí que solo bajaba por algo de comer, tratando de sonar natural le pregunte al chofer que ruta tenía que tomar si quería llegar a la zona residencial, cuando pregunto él porque tuve que inventar que era simple curiosidad.
De regreso en mi habitación hice lo que jamás hubiera pensado, baje al jardín por la ventana de mi habitación. Me asegure de que nadie estuviera mirando para entrar al garaje, con mucho cuidado saque el único auto con el que podía manejar en América, el Mustang negro de mi padre.
Confiando en mi sentido de la orientación me puse en marcha hacia mi destino, no estaba bien llegar con las manos vacías pare solo un momento a comprar una flor. No hubo problemas para que me dejaran pasar, el guardia de la entrada reconoció las placas de auto. Estacione mi coche frente a la casa que estaba buscando. Camine directo hasta la entrada, espere un momento para tocar el timbre, deseando que fuera ella quien me abriera y no sus padres.
- Muy buenas tardes – dije en cuanto la puerta se abrió., llevaba las manos en la espalda para ocultar mi regalo, no estaba seguro de que diría su padre o peor aún su novio si me viera entregandole algo de eso.
Al salir de mi entrenamiento de beisbol me encontré con una llamada perdida en mi teléfono y un mensaje de voz, me apresure a atenderlo, muy pocas personas tenían mi numero privado, si se habían tomado la libertad de dejarme un mensaje tenía que ser sumamente importante. Podría jurar que me ruborice un poco al escuchar la voz de la chica de la piscina, estaba dando por seguro que nunca más se atrevería a llamarme. En cuanto termine de arreglar mis cosas respondí a su llamada estuve a punto de colgar por su mensaje de voz, me arme de valor y logre contestar. No tenía más compromisos por el resto de la tarde, así que ir al parque de diversiones sonaba prometedor.
En cuanto el chofer pasó por mí a la escuela organice el cambio de planes. Llegue a mi casa, que como de costumbre estaba vacía, deje las cosas de la escuela y me cambie los zapatos, tenis era más apropiado para ir al parque. Tome mi cartera y las del auto de mi repisa dispuesto a salir, al llegar a la puerta me encontré con dos impedimentos, el ama de llaves y el chofer estaban dispuestos a no dejarme salir sin compañía, mi padre insistía en que era peligroso. Fingí que solo bajaba por algo de comer, tratando de sonar natural le pregunte al chofer que ruta tenía que tomar si quería llegar a la zona residencial, cuando pregunto él porque tuve que inventar que era simple curiosidad.
De regreso en mi habitación hice lo que jamás hubiera pensado, baje al jardín por la ventana de mi habitación. Me asegure de que nadie estuviera mirando para entrar al garaje, con mucho cuidado saque el único auto con el que podía manejar en América, el Mustang negro de mi padre.
Confiando en mi sentido de la orientación me puse en marcha hacia mi destino, no estaba bien llegar con las manos vacías pare solo un momento a comprar una flor. No hubo problemas para que me dejaran pasar, el guardia de la entrada reconoció las placas de auto. Estacione mi coche frente a la casa que estaba buscando. Camine directo hasta la entrada, espere un momento para tocar el timbre, deseando que fuera ella quien me abriera y no sus padres.
- Muy buenas tardes – dije en cuanto la puerta se abrió., llevaba las manos en la espalda para ocultar mi regalo, no estaba seguro de que diría su padre o peor aún su novio si me viera entregandole algo de eso.
Re: Me debes una sudadera
- No creo que pase nada si llego algo tarde, creo que ellos pueden entenderlo. Es más divertido estar contigo.
Con mi experiencia sabía que llegar tarde a un compromiso con mis padres solo significaba una cosa, problemas, por alguna razón siempre que se trataba de llegar a un compromiso me pedían ser extremadamente puntual según ellos eso hablaba de mi como personas. Traba de cumplir con sus reglas al pie de la letra solo que esta vez era diferente, estaba pasando un buen rato como para arruinarlo llegando a cenar con mi padres.
- Además siempre hay una primera vez para dejarlos plantados.
Me di la vuelta para poder empezar el juego, no tenía porque aburrir a Michelle con mis platicas de cómo mis padres en ocasiones se olvidaban de mí y me dejaban cenando solo, o peor aún había perdido la cuenta de todas las veces que olvidaban pasar a recogerme al teatro o a la escuela cuando era niño, por esa razón cuando aprendí a utilizar el transporte público; las cosas mejoraron hasta que aceptaron ponerme un chofer y aunque no me gustaba terminabas acostumbrándote con tal de no tener que estar solo la mayor parte del tiempo.
- Que gane el mejor – solo gire mi cabeza para poder sonreírle.
Saque de mi cabeza todos esos pensamientos negativos para concentrarme en el juego, en cuanto solo la alarma presione los botones que dejaban salir el agua, me costó algo de trabajo apuntar directamente al blanco, pero un unos pocos segundos comencé a apuntar directamente al blanco, aquel no era un buen momento para que comenzaran a temblarme las manos. Mi tubo estaba llenándose perfectamente cuando sentí algo mojándome la cara, mi primera reacción fue dejar de presionar los botones para buscar quien era el responsable, al parecer al padre del niño que tenía junto a mi desidia que fuera él quien tomara los controles, no puede continuar con el juego por tratar de defenderme en la guerra de agua, estaba más entretenido peleando con el niño que puse poca atención a lo que gritaba el encargado del juego.
Con mi experiencia sabía que llegar tarde a un compromiso con mis padres solo significaba una cosa, problemas, por alguna razón siempre que se trataba de llegar a un compromiso me pedían ser extremadamente puntual según ellos eso hablaba de mi como personas. Traba de cumplir con sus reglas al pie de la letra solo que esta vez era diferente, estaba pasando un buen rato como para arruinarlo llegando a cenar con mi padres.
- Además siempre hay una primera vez para dejarlos plantados.
Me di la vuelta para poder empezar el juego, no tenía porque aburrir a Michelle con mis platicas de cómo mis padres en ocasiones se olvidaban de mí y me dejaban cenando solo, o peor aún había perdido la cuenta de todas las veces que olvidaban pasar a recogerme al teatro o a la escuela cuando era niño, por esa razón cuando aprendí a utilizar el transporte público; las cosas mejoraron hasta que aceptaron ponerme un chofer y aunque no me gustaba terminabas acostumbrándote con tal de no tener que estar solo la mayor parte del tiempo.
- Que gane el mejor – solo gire mi cabeza para poder sonreírle.
Saque de mi cabeza todos esos pensamientos negativos para concentrarme en el juego, en cuanto solo la alarma presione los botones que dejaban salir el agua, me costó algo de trabajo apuntar directamente al blanco, pero un unos pocos segundos comencé a apuntar directamente al blanco, aquel no era un buen momento para que comenzaran a temblarme las manos. Mi tubo estaba llenándose perfectamente cuando sentí algo mojándome la cara, mi primera reacción fue dejar de presionar los botones para buscar quien era el responsable, al parecer al padre del niño que tenía junto a mi desidia que fuera él quien tomara los controles, no puede continuar con el juego por tratar de defenderme en la guerra de agua, estaba más entretenido peleando con el niño que puse poca atención a lo que gritaba el encargado del juego.
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