Sabado a la noche! ♪♫ [Johnny]

Ya hacía más de dos semanas que su relación con Quinn había terminado oficialmente. Y sí, Johnny aun estaba en una especie de duelo. Pero decidió que tenía que acabarse, tenía que volver a ser el Johnny de antes. Tenía que beber, bailar y cantar y olvidar el mundo por un rato. Tenía que retirar a Quinn Fabray de su subconciente, decirle adiós a la única persona que le había hecho feliz, y regresar a la vida de excesos y carencia de sentimiento que había tenido hasta el momento.
No era lo mejor, obviamente, pero era lo único que podía hacer.

Apenas encontró una noce libre luego del trabajo, acordó con Jude y ambos, con una sonrisita cómplice, se dirigieron al Pub de la ciudad para otra noche de diversión entre los dos mejores amigos.
A veces tenía deseos de decirle a Tom que los acompañara, pero el cico estaba completamente casado, ocupaba todo su tiempo en Alexx, y eso era genial, Johnny no iba a quitarle ese placer.
Apenas llegaron a la puerta, muchas caras familiares comenzaron a saludarlo, alegando el tiempo que tenían de no verlo.
Johnn sólo sonreía y saludaba a sus múltimples amigos y amigas, hacía demasiado que no pisaba el ámbito nocturno. Cuando antes, el Pub de Ohio era prácticamente su segundo hogar.
Jude se apresuró a entrar, para buscar lugares, mientras el joven Cresswell continuaba saludando a las viejas amistades que había descuidado por dejar de familiarizarse con el ámbito nocturno.

Sin embargo, al echar un vistazo hacia dentro, notó algo que le izo sonreír con picardía. Ahí estaba: Ali Francischini, esa chica de Carmel que afirmaba detestarlo. Aquello sólo le hacía reír.
No sabía exactamente qué le daba deseos de ir a saludarla, mejor dicho...de ir a molestarla, pero supuso que aquella noche sería divertida.
-. Espérame, Lils, voy a saludar a alguien-se despidió de la joven en la entrada y se dispuso a entrar al Pub, acercándose al lugar donde la jovencita estaba sentada.
-. Vaya coincidencia, ¿O es que querías encontrarte conmigo, querida?-preguntó, esbozando una sonrisita divertida, si lograba hacerla enojar, aquello se pondría bueno.

No podía evitar tener una sonrisita de satisfacción. La noche realmente estaba saliendo bien, había saludado a todos los amigos que había formado en ese mismo bar; Lily, Raven, Steven, Gus, Wendy, y tantos más, volver a su viejo ambiente, el cual había abandonado por estar perdido en los sentimientos {con Quinn} había sido genial. Buscó con la mirada a Jude, quien había ido por las bebidas, notando que ahora se encontraba muy entretenido con una muchachita rubia con malas intenciones.

Rodó los ojos. “Probablemente querrás estar solo, Judie.”
No le quedaría otra alternativa que concentrarse en Ali, entonces. Esbozó una mueca de picardía y diversión, aquella noche quedaría para la historia, siempre le gustaba joderla, molestarla, picarla. No tenía idea de por qué, ni cuándo, ni cómo habían llegado a llevarse mal. Tal vez ella era demasiado presuntuosa, tal vez él era demasiado descuidado como para intentar entablar una buena relación. Sea como fuese, ahí estaban ahora, con su trato hostil y su evidente molestia al tenerse el uno al otro.
Tomó lugar junto a ella, cómodamente, el tiempo venía para largo y era mejor empezar a divertirse desde entonces.

Se rió ante su comentario bañado en sarcasmo, a Johnn le caían mal pocas cosas, en realidad, ya que casi todo se lo tomaba como una broma, era muy difícil verlo enfadado.
-Bueno…yo no diría “perfección”-la imitó, enfatizando las comillas con sus propios dedos, y agudizando su tono de voz para hacerlo similar al de Ali-sería demasiado exagerado. Sin embargo, me considero importante-continuó, hablando fuerte, por sobre el estruendo de la música. En ese momento pasaban “Coquer all” de Behemont. Una buena canción de heavy metal, de una banda de heavy metal, tal como Johnny adoraba. Tarareó la letra en voz baja antes de continuar-. Al menos, lo suficientemente importante como para que cada vez que me veas estés pendiente de lo que hago o dejo de hacer, si voy hacia ti o no, si te hablo o no. Y me das un trato especial-le guiñó un ojo, divirtiéndose, mientras continuaba expresando su irrefutable lógica.
-, así es, cielo. Porque hasta donde yo vi, no tratas a los demás como me tratas a mí. Me hablas peor que a todos, de acuerdo, pero sigue siendo un trato especial

Sonrió con júbilo, como si hubiera ganado un juicio, antes de notar que ella pedía una bebida, ordenó un tequila que llegó en poco tiempo a su mano, antes de notar cómo Ali se movía al ritmo de la música, enarcó una ceja con curiosidad, preguntándose qué pasaría si…
-. Y dime…-musitó, dando un trago largo a su tequila, como si fuese agua. Dios, hacía demasiado tiempo que no bebía alcohol más allá de una tonta cerveza-…¿Dentro de un rato estarás lo suficientemente ebria como para aceptar bailar conmigo?

Aun sentía cómo el tequila anterior le quemaba la garganta, esa sensación maravillosa que sólo podía generar el alcohol en su sistema. Por lo cual, a los pocos instantes pidió otro.
-No me gusta que me insulten, preciosa. Pero tienes que admitir que no odias tanto a nadie como a mí. Y en realidad no lo entiendo tanto, tú no me caes tan mal. Es decir, sí, eres un poco soberbia y presumida, ¿Pero quién no lo ha sido?-la miro sugerentemente, sonriendo un poco, sintiendo el cosquilleo que el segundo tequila provocaba en su flujo sanguineo -. Es más, tengo que admitir que cuando te enojas y comienzas a gritonearme...te vez sexy-le guiñó un ojo, divertido, sabiendo que eso sólo le enfurecería el doble y comenzarían los insultos de nuevo, era practicamente una rutina con Ali.
Se terminó su bebida con fondo blanco, de un solo trago, y tuvo un leve estremecimiento que realmente disfrutó.

-. Prefiero ser anormal a ser un robot, preciosa-rió levemente y se levantó para acompañarla a la pista, aquello daría de qué hablar, definitivamente.
-¿Quieres apostar? ¿Qué me darás si puedo bailar tan bien como tú?-de acuerdo, ella era del club de baile de Carmel, era más que probable que Johnn no sería mejor que Ali. Pero le gustaba discutir, y más aún, le gustaba apostar.
Apenas llegaron al centro de la pista, la música se detuvo y comenzó a sonar una canción bien conocida por todos. Johnny sonrió y comenzó a dar unos saltos de emoción, igual que muchos jóvenes de allí. "I was made for loving you" de Kiss. Una de las mejores canciones de la historia, mucho ritmo y mucha letra, simplemente le encantaba.
Conforme Ali bailaba, él intentaba copiar sus pasos, agregándole una que otra improvisación propia, mientras cantaba {no podía evitar cantar, simplemente era un acto reflejo}.
-Tonight, I wanna give it all to you...in the darkness-su voz era grave, profunda y masculina, conforme se acercaba a ella y la tomaba con ambas manos por la cintura de muñeca que la chica poseía-. There´s so much I wanna do...-la levantó del suelo, haciéndola girar, sin soltar su cintura, y volviendo a dejarla en el suelo, con cuidado, junto a él-...and tonight I wanna lay it at your feet
De repente, la acercó a él con un suave empujón en su espalda, bailando pegados, mientras él le sonreía burlonamente y cantaba, a pocos centímetros de su rostro.
-. Cuz girl, I was made for you. And girl, you were made for me...-la tomó de la mano, dándole una vuelta y alejándola de su lado, mientras él continuaba bailando y cantando-...I was made for loving you, baby! You were made for loving me!-se acercó detrás de ella, dejando un atrevido beso en su cuello y cantando en su oído.
-. And I can´t get enought of you, baby. Can you get enough of me?
Volvió a alejarse de ella, mientras la canción fluía, cada uno bailaba por su lado, pero Johnny debía admitir que no le quitó los ojos de encima hasta que la tonada iba terminando. Llamaban bastante la atención con aquél teatro, pero...¡Vamos! A él realmente no le importaba.

Finalmente, se acercó a ella y le tomó las manos {sabía que recibiría muchísimos golpes después de la canción, pero al menos podía disfrutar el momento}
-.I was made for loving you, baby. You were made for loving me...-musitó, sonriendo ampliamente, conforme se acercaba lentamente a su rostro, tanto así que podía contar las pecas que Ali tenía alrededor de su nariz.
-...and I can´t get enought of you, baby. Can you get enough of me...?-apenas a milímetros de sus labios, Johnny dio la media vuelta y se alejó de su lado, regresando a la mesa donde antes estaban bebiendo sus tragos. La canción cambió, pero él no pudo notar cuál era, su cabeza estaba embotada con las facciones rudas pero atractivas de Ali Francischini.

cancion:

Se tomó otro vaso de tequila, el tercero de la noche, prácticamente como si fuera agua. El calor en el lugar ascendía, podía sentir los grados de calidez pellizcando su piel, estaba realmente divertido. Ya que Ali era impredecible, no sabías su reacción ante cada estímulo y aquello era un experimento más que interesante. Haber pasado de la hostilidad a un baile remotamente provocativo, le parecía prácticamente un milagro.
-¿Así que quieres seguir, eh?-se rió, tenía que admitir que estaba un poco mareado, aunque no borracho del todo, pero sólo sería cuestión de tiempo. No podía entender cómo podían pasar de Kiss a Rihanna, pero cada loco con su tema, el DJ era extraño pero hacía bien su trabajo, al menos, todos bailaban cada canción.
Se levantó de su lugar y la tomó de los brazos, poniéndola de pie nuevamente, haberla escuchado cantar era realmente un hecho surrealista, nunca se esperaba más de ella que una buena cantidad de insultos a la fecha de su nacimiento, verla así, tan relajada, tan espontánea…era un buen cambio.

-Dijiste que querías bailar, no vas a detenerte ahora, gallina-se rió y la tomó por la cintura nuevamente. Esta vez el ritmo era distinto, era rápido, veloz, aceleraba sus corazones al ritmo constante y repetitivo de una tonada pegajosa y movediza, que no les permitía detenerse.
Meneos, giros, vueltas, saltos y hasta gritos, en ocasiones, coordinados y descoordinados, una y otra vez, improvisados y aprendidos, pero definitivamente divertidos.
Cuando la canción finalizó, le dio una vuelta de la forma contraria, es decir que la acercó hacia su pecho en lugar de alejarla, con sus rostros a escasos centímetros de distancia, otra vez.
Sonrió, acercando su boca lentamente hacia su oído.
-Por cierto, cielo…-musitó, con su aliento apestando a alcohol puro-…te equivocaste. Si muriera por ti…haría esto.

Y así, tan pronto acabó de pronunciar la frase, pegó sus labios contra los de ella, golpeándola en un beso, atrapándola en un simple roce de labios que quería hacer desde que la vio tan hostil y provocativa apenas al entrar.
Y sí, tal vez seguía locamente enamorado de Quinn y los tres vasos de tequila seguidos habían ayudado a nublar un poco su mente y darle el atrevimiento de besar a Ali. Pero tenía que admitir que la chica le atraía…bastante. Mucho.